Probablemente has visto casas espectaculares en revistas, periódicos o redes sociales, y has deseado vivir como lo hacen las celebridades, en espacios coloridos, sofisticados, amplios o bien organizados.
Sin embargo, una casa ideal no necesariamente es sinónimo de un inmueble gigante lleno de cuadros, muebles y demás objetos dignos de una sala de exposición; más bien, se trata de obtener un espacio acogedor en el que puedas disfrutar de pasar el tiempo y realizar tus actividades.
Justamente así se define un espacio funcional, y para lograrlo, debes tomar en cuenta qué actividad habrá de llevarse a cabo en cada habitación, y cuál es el estilo de vida tuyo o de tus familiares. Aunque a todos nos encantan los muebles y elementos de decoración que vemos en las revistas de diseño de interiores, sus formas extravagantes o futuristas y su aspecto, no debemos olvidar que el propósito principal de esos muebles es satisfacer las necesidades cotidianas de sus usuarios, quienes serán notablemente más felices y productivos si se sienten cómodos en el lugar donde viven.
Un lugar confortable debe conjugar diseño y funcionalidad, entendiendo a la funcionalidad como la capacidad de realizar cómodamente las acciones de la rutina diaria en cada habitación. Lógralo en casa con ayuda de estos consejos:
- Identifica tus necesidades: Conocer todas las acciones y tareas que forman parte de la rutina de quienes viven en casa, tanto en días laborables como durante el fin de semana, es el primer paso para planear la decoración óptima y funcional que estás buscando.
- Elabora un plano o boceto: Aunque no es indispensable y probablemente sean pocas las personas que siguen este consejo antes de elegir el acomodo y decoración de sus habitaciones, crear un plano es un paso esencial a realizar, pues te ayuda a notar las características del espacio, así como a establecer qué elementos pueden y deben incluirse en el. Hay infinitas posibilidades para mejorar la funcionalidad de cada habitación, y la mayoría de las veces sólo necesitas mover muebles de un lado a otro hasta encontrar el mejor lugar para cada uno de ellos. Hazlo primero en el papel, y ahorra tiempo, esfuerzo, e incluso, dinero.
- Calcula la superficie: Como hemos dicho antes, la admiración por el diseño de interiores y los bellísimos muebles que suelen aparecer en reportajes y revistas, pueden llevarnos a cometer el error de comprar y colocar muchas piezas de muebles destacados, en un espacio pequeño o limitado, obstruyendo con ello la funcionalidad. Calcular la superficie antes de instalar e incluso de comprar los muebles y objetos de decoración te ayudará a equilibrar los espacios ocupados y los libres, realzando el buen gusto, el confort y la funcionalidad.
- Destina espacios para el almacenamiento: Parte esencial de la funcionalidad es tener espacios seguros para resguardar los objetos y muebles que de momento no se están utilizando, pero que es necesario conservar. Los armarios altos, las cajoneras y closets liberan significativamente las mesas, consolas y demás superficies de objetos innecesarios. Al ocultar el desorden visual y contener los papeles, ropa, muebles y demás artículos que no deseas mostrar, estos espacios de almacenamiento sin duda son fundamentales para el logro de espacios funcionales.